Resumen "Capítulo 1" - Yo Argumento

 

Padilla C., Douglas S. y López E. Yo Argumento “Capítulo 1” | Resumen

Leonela Juarez

 

Capítulo 1: ¿Argumentar? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo?  (pp 19-32)

            Los seres humanos somos seres racionales porque podemos argumentar. El camino de la razón dialógica se establece a partir de las bases argumentativas, que nos permiten dar razones explícitas (argumentos) de nuestras afirmaciones (tesis o puntos de vista). Este camino se ve obstruido por los interlocutores virtuales (los otros, nuestro alter ego...) que constantemente desafiarán nuestras certezas, lo que nos llevará a buscar motivos para pensar o para actuar de determinada manera.

En toda situación argumentativa, además de lo que se argumenta (objeto de discusión), importa quiénes argumentan (interlocutores), con qué intenciones y en qué contextos lo hacen.

I.I APORTES DE LA FILOSOFÍA: GRADOS DE CONVERGENCIA CRÍTICA

            Ricardo Maliandi (1997) hablando de la ética convergente establece que hay distintas posturas comunicativas cuando hacemos uso de la razón. La razón dialógica es en base a la fundamentación (capacidad de dar “razones”) y la crítica (conciencia de los límites de las “propias razones” y apertura hacia “otras razones”) que pone en manifiesto el concepto de conflictividad (principio de su ética convergente), y consenso (validez intersubjetiva). Esto le permite plantear, en un discurso argumentativo, tres posturas distintas según tres grados ascendentes de lo que él denomina convergencia crítica:

Postura estratégica: la argumentación es persuasiva, retórica y apunta a forzar la opinión del destinatario, imponer su propio punto de vista o refutar el contrario. El argumentador (enunciador) no conceptualiza al destinatario como un interlocutor con un punto de vista válido y distinto sobre un tema.

Postura comunicativa divergente: se conceptualiza al interlocutor como un oponente con un punto de vista diferente al propio, pero la argumentación sigue subordinada a quien defiende cada punto de vista, con la idea de que alguien debe ganar y alguien debe perder.

Postura comunicativa convergente: ya no se enfrentan los interlocutores entre sí, sino que ambos establecen una alianza para enfrentar y resolver un problema.

Según Maliandi el diálogo crítico sólo es posible cuando los participantes están dispuestos a modificar sus propias opiniones; y establece modos pseudoargumentativos en cuanto a la:

Defensa

1.      Liebre -  elude la confrontación de puntos de vista cambiando a perspectivas distintas.

2.      Erizo - levanta una pared (“púas argumentativas”) para que nadie se le acerque e intente desafiar sus puntos de vista.

Ofensiva

1.    Tigre - Predador que ve en el interlocutor una presa a quien hay que devorar implacablemente, por lo cual el tema de discusión pasa a segundo plano.

2.    Araña - “envuelve” al oponente con su retórica, a través de una mezcla de argumentos lícitos y falacias bien disimuladas, matizados con citas y proverbios.

El autor sostiene que estos actores frecuentemente ganan discusiones, pero muy difícilmente promueven un avance en la discusión. Debemos evitar tomar estas posturas para que no interfieran en la búsqueda de acuerdos.

I.II APORTES DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

Las disciplinas de psicología cognitiva y pedagogía también han abordado la argumentación filosófica, ayudando a reflexionar sobre la complejidad del acto argumentativo más allá del ámbito puramente lingüístico. Las teorías de la argumentación, por su parte, se nutren tanto de los aportes de la filosofía clásica como de las contribuciones más recientes de la pragmática y el análisis del discurso.

En primer lugar, ha habido divergencias en torno al tema, así como la evolución de perspectivas en los diferentes campos disciplinarios. Esto se ha manifestado en el pensamiento crítico dentro de la psicología cognitiva, el cual ha sido cuestionado desde diversas posiciones teóricas, como la epistemología contextualista. No obstante, este movimiento ha evolucionado notablemente en sus planteamientos y metodologías, lo cual se puede resumir en los siguientes aspectos:

- Ha evolucionado desde una perspectiva monológica, donde se destaca el sujeto que evalúa la validez de su propia argumentación o la de otros, hacia una perspectiva dialógica y dialéctica. Esta perspectiva implica un intercambio entre puntos de vista opuestos, con la consiguiente evaluación de sus fortalezas y debilidades.

- Se ha observado una evolución desde una visión neutral, que plantea habilidades generales de pensamiento crítico basadas en estándares o principios universales, hacia una visión intersubjetiva (plantea el debate entre habilidades universales y específicas y abre el camino para el diálogo no solo entre individuos, sino entre grupos culturales)

- Ha evolucionado desde una concepción atomista y taxonómica de las microhabilidades involucradas (como analizar argumentos, examinar supuestos y reconocer contradicciones) hacia una integración a través de macrohabilidades, que implican comparar perspectivas, refinar generalizaciones y desarrollar una perspectiva propia.

- En relación a lo anterior, ha pasado de una perspectiva estrictamente cognitiva a enfoques que también incluyen aspectos actitudinales. Por ejemplo, se plantea la necesidad de integrar en el concepto de pensamiento crítico, no solo las micro y macrohabilidades intelectuales, sino también una serie de rasgos mentales llamados virtudes intelectuales. Estas virtudes transforman el pensamiento egocéntrico y parcial en un pensamiento amplio e imparcial.

A P T I T U D E S   I N T E L E C T U A L E S

• Independencia intelectual: capacidad de pensar de forma autónoma y resistir a argumentos persuasivos. Felipe carece de esta virtud, siendo fácilmente influenciable y débil en su carácter.

• Curiosidad intelectual: disposición para cuestionar y buscar explicaciones a las discrepancias.

• Coraje intelectual: reflexionar imparcialmente sobre puntos de vista que generan emociones negativas.

• Humildad intelectual: reconocimiento de los límites de nuestro conocimiento y disposición para considerar posturas distintas a las nuestras.

• Empatía intelectual: capacidad de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus puntos de vista.

• Integridad intelectual: compromiso con la veracidad y la coherencia, exigiendo la misma rigurosidad a nuestros oponentes, practicando lo que defendemos y admitiendo las discrepancias entre nuestros pensamientos y acciones.

• Confianza en la razón: confianza en que aprenderemos a pensar por nosotros mismos y a encontrar soluciones a partir del diálogo y de razones dirimidas en la interacción.

• Imparcialidad: conciencia de la necesidad de considerar todos los puntos de vista sobre un problema, prescindiendo de intereses sectarios.

 

I.III APORTES DE LAS TEORÍAS DE LA ARGUMENTACIÓN

En la argumentación, destacando dos perspectivas principales: la retórica y la dialéctica. La perspectivza retórica se basa en la obra de Aristóteles y se enfoca en los aspectos discursivos y persuasivos de la argumentación. La perspectiva dialéctica se inspira en Aristóteles y se centra en la discusión crítica y la resolución de desacuerdos.

Visión que integra las posturas mediante dos modos de abordaje del fenómeno argumentativo:

• La perspectiva retórica (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1958) - se enfoca en las estrategias discursivas para persuadir a otros.

• La perspectiva pragma-dialéctica (Van Eemeren et al., 2002, 2006) - se centra en la discusión crítica y la resolución de diferencias de opinión, mediante reglas de discusión crítica que regulan esta interacción y violaciones de estas reglas (falacias) que ponen en peligro la validez de la argumentación.

Requerimiento para el avance de las teorizaciones:

• Intento de acercamiento entre perspectivas retóricas y dialécticas.

• Énfasis en la consideración de la argumentación desde una perspectiva interaccional.

• Necesidad de dar cuenta de los factores emocionales, inherentes de la discusión argumentativa.

• Conveniencia de articular los estudios de argumentación con las diferentes líneas de análisis del discurso.

Un ejemplo que respalda la primera cuestión es el desarrollo de las conceptualizaciones teóricas en la Pragma-dialéctica, utilizando el concepto de "strategic manoeuvring" (ajuste estratégico[1]). Este enfoque busca establecer un vínculo entre el ideal de racionalidad de las perspectivas dialécticas y el ideal de eficacia de las perspectivas retóricas, teniendo en cuenta técnicas argumentativas como la conciliatio[2]. Por otro lado, una prueba de las otras cuestiones mencionadas es la propuesta del Modelo dialogal de Plantin (2005, 2007, en prensa), que tiene como objetivo integrar la racionalidad y la emotividad presentes en las interacciones argumentativas, considerando los contextos de interacción y adoptando una visión más flexible en cuanto a las reglas de discusión crítica y sus violaciones.

PERSPECTIVA RETÓRICA

La argumentación es un proceso mediante el cual alguien intenta persuadir razonadamente a otra persona para que adopte una determinada tesis u opinión. Se busca influir en las opiniones del destinatario a través del discurso, utilizando las palabras como medio para cambiar ideas y opiniones. Es importante destacar que la argumentación se diferencia de la violencia física, ya que se basa en el aspecto discursivo y verbal.

Si alguien intenta influir sobre las opiniones de otra persona, por medio de su discurso, es porque estima que esa persona es sensible a las razones. Sin embargo, conviene distinguir:

Una argumentación basada en el razonamiento, como en el caso de la argumentación científica, en la cual las diversas tesis y argumentos que las apoyan son planteados abiertamente por el argumentador para convencer a los destinatarios.

Una argumentación persuasiva, no se discuten abiertamente puntos de vista sino que opera sobre la voluntad y los sentimientos, con el objetivo de persuadir al destinatario para que compre tal o cual producto, para que vote a tal o cual partido o para que adhiera a determinada ideología.

Para que exista argumentación, tiene que existir un campo problemático o un tema respecto del cual se dan puntos de vista diferentes, o por lo menos dos tesis antagónicas. El sujeto argumentador interviene a favor de una tesis que de algún modo se enfrenta a una tesis opuesta, aunque esta última quede implícita. A veces esta tesis adversa puede ser simplemente una opinión general, que no es necesario explicitar porque está presente en el saber compartido de los hablantes.

Una definición adicional que consideramos, en el contexto de la retórica y con aportes cognitivos e interaccionales, es la propuesta por Grize (2004). Según Grize, la argumentación se concibe como una forma de "esquematización" discursiva, es decir, la creación de un discurso organizado con el propósito de influir en la opinión, actitud y comportamiento de alguien.

Doury y Moirand (2004) explican que cuando alguien habla, está creando un "micro-universo" en su mente basado en cómo ve la realidad y lo adapta para el oyente. Este micro-universo es una forma de entender el mundo, ya sea real o imaginario, y no tiene que ser científico, sino que depende de cómo esa persona entiende la situación. El objetivo de este discurso es influir en el oyente y lograr ciertos resultados. Lo que se dice está influenciado por lo que se quiere lograr y cómo se quiere presentar uno mismo, el oyente y el tema que se está discutiendo. En palabras simples, se crean imágenes en el lenguaje que representan a la persona que habla, al oyente y al tema, y estas imágenes muestran cómo se está construyendo una forma de entender el mundo. Sin embargo, cuando el oyente también tiene su propia forma de entender la realidad, la argumentación se vuelve más complicada porque las diferentes versiones no coinciden y entran en conflicto. Por lo tanto, el éxito de una argumentación depende de encontrar una forma de que esas versiones sean compatibles, negociar o incluso dejar de lado algunas ideas, ya que al final son diferentes formas de ver el mundo desde nuestras propias culturas.

P E R S P E C T IV A P R A G M A - D IA L É C T IC A

La teoría de la Pragma-dialéctica (Van Eemeren et al., 2002, 2006) se centra en la discusión crítica como una forma de resolver diferencias de opinión o disputas. Su enfoque principal es la interacción entre dos o más interlocutores y las reglas que rigen esta interacción. También identifica violaciones a estas reglas que impiden llegar a un acuerdo. La teoría propone diez reglas para el desarrollo de una discusión crítica y analiza las falacias desde una perspectiva lógica, pragmática y ética.

La denominación de "pragma-" (pragmática) que manifiesta su filiación explícita a la teoría de los actos de habla de Austin (1962) y Searle (1979), se refiere al contexto de uso, las intenciones de los interlocutores y los implicados no explícitos en el discurso. La palabra "dialéctica" destaca la relación entre los participantes y la importancia del intercambio razonado de argumentos para resolver conflictos.

Esta teoría busca equilibrar una perspectiva normativa y descriptiva. Reconoce que la argumentación cotidiana está influenciada por factores subjetivos como emociones y creencias. Su objetivo es desarrollar herramientas para determinar en qué medida una argumentación cumple con las normas de una discusión razonable (F. Van Eemeren et al., 2006: 18). Para ello, combina el criterio de consistencia lógica con el criterio de consistencia pragmática, que evalúa la razonabilidad de los argumentos en función del contexto de interacción.

La teoría de la discusión crítica se enfoca en las interacciones orales y propone etapas y reglas para guiar esas discusiones. Aunque se desarrolló para intercambios cara a cara, estas etapas y reglas también se pueden aplicar a textos escritos y a diferentes contextos.

En resumen, al considerar las diversas perspectivas filosóficas, psicológicas, pedagógicas y lingüísticas sobre la argumentación, se destaca la importancia de superar la idea de que una persona intenta imponer su postura en una discusión. En cambio, se enfatiza la importancia de una dimensión intersubjetiva que implica negociar diferentes puntos de vista. En lugar de priorizar estrategias para persuadir, se busca resolver un problema de manera conjunta, reconociendo que es algo compartido.

 



[1] Van Eemeren et Houtlosser, 2004

[2] En retórica, la conciliatio, dentro de las figuras literarias, es una de las figuras dialécticas. Es un recurso manipulador del lenguaje pues retoma un término usado previamente en el discurso, hipotéticamente por el interlocutor, y lo reutiliza pero con un significado completamente diferente al que en su anterior aparición tenía.

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