Mozart y Bethoven

 DOUGLAS SILVINA y LÓPEZ ESTHER “Yo Expongo”, Propuesta n° 1: Mozart y Beethoven, capítulo 6, p.p 65-69


6. Producir una nota biográfica comparativa entre Beethoven y Jorge Luis Borges, en la cual se destaque la "paradoja causal" entre sus impedimentos físicos (sordera y ceguera, respectivamente) y su talento y producción artística.


El arte de la interpretación 

    Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899, y fue hijo de Jorge Guillermo Borges y Leonor Acevedo Suárez, mientras que Ludwig van Beethoven nació en el año 1770, en Bonn, pequeña ciudad de la Renania alemana, y fue hijo de Johann van Beethoven y Maria Magdalena van Beethoven (su abuelo fue director de orquesta; su padre también músico profesional). 

    El padre de Borges rompió la tradición al dedicarse a la abogacía y psicología, y gracias a esa decisión el joven tuvo acceso a una importante biblioteca paterna y recibió una educación privilegiada a manos de institutrices inglesas y en un hogar bilingüe, en tanto que   los Beethoven llevaban una vida modestisima. El padre era alcohólico y en el hogar, un tirano. La madre tuberculosa, sólo con grandes esfuerzos lograba reunir lo necesario para el sustento de los hijos, por lo que, con este cuadro, la infancia del pequeño Ludwig fue poco feliz.

    En cuanto a sus estudios, Borges, cuando su familia se marchó a Europa en 1914, estudió en colegios internacionales para que el padre pudiera someterse a tratamientos oftalmológicos en Ginebra (Suiza), pues padecía la misma enfermedad que luego heredaría a su hijo. A diferencia de Ludwig quien evidencia singulares dotes musicales, y el padre, recordando sin duda el paso triunfal por la Renania de los encantadores niños Mozart, sus éxitos en la corte electoral y los ulteriores viajes a Francia e Inglaterra, decide hacer de su hijo otro prodigio, y una grata fuente de ingresos para su garguero cada vez más sediento, pero desgraciadamente ese padre no se hallaba dotado de profundos conocimientos de música, sólo le preocupaba un rápido desarrollo técnico del niño. Y para ello, mediante amenazas y castigos, lo obligaba a pasar días y noches enteros frente al viejo spinetto, practicando ejercicios interminables y tediosos. Con semejante trato brutal y absurdo, no consiguió aquel necio padre hacer del hijo un verdadero prodigio. No manifestaba Ludwig facultad extraordinaria alguna para superar los escollos de orden técnico, ni un apego particular por el instrumento, en tanto que el sistema empleado sólo despertaba en él aversión hacia la música y originaba inútiles protestas y lágrimas.

    Si bien eso fue un poco de la introducción a la vida de estos artistas, hablemos de sus dotes espectaculares para la interpretación y espontaneidad que tenían…

    El joven Borges se mostró precoz en los asuntos del lenguaje y la lectura, escribiendo sus primeros relatos antes de alcanzar la adolescencia. A los nueve años traducía obras de Oscar Wilde, escritor inglés al que nunca dejó de admirar, y a los veinticuatro años, habiendo su familia vuelto ya a Buenos Aires, fundaba junto a Ricardo Güiraldes y otros autores la Revista ultraísta Proa. Un año antes había publicado su primer poemario: Fervor de Buenos Aires, y ya en 1925 era uno de los nombres más insignes de la literatura de vanguardia local Por otro lado, Ludwig, por su progreso y su innegable talento, a pesar de todo, persuadieron pronto al padre, quien lo puso en manos de verdaderos maestros. Primero fue un tal van der Edén, y murió este Gottob Neefe. Este último además de buen músico, era excelente persona, de fina sensibilidad y culto. Muy pronto se percató de los valores excepcionales del alumno que le había tocado en suerte. Bajo su tutoría hace grandes progresos y ya en 1784 obtiene su primer empleo, con el que ayuda a su familia. A partir de ese momento empieza a tener mucho reconocimiento y efectúa varias giras por Alemania en calidad de pianista.

    Ahora bien, reconozcamos que su popularidad también se debe al hecho de sus impedimentos físicos, por un lado Borges con su ceguera y Ludwig con su sordera. 

    En 1938 fallece el padre de Borges y comienza a trabajar como bibliotecario en las afueras de Buenos Aires; durante las navidades de ese mismo año sufre un grave accidente, provocado por su progresiva falta de visión, que a punto estuvo de costarle la vida. Al agudizarse su ceguera, Borges debió resignarse a dictar sus cuentos fantásticos, y desde entonces requirió permanentemente de la solicitud de su madre y de su amigos para poder escribir, colaboración que resultó muy fructífera. Al tiempo que, hacia 1796-179, Beethoven notó los síntomas iniciales de su enfermedad al oído. Al principio hizo caso omiso de la molestia, suponiendo que el continuo zumbido aumentaba día a día. No había remedio que lo aliviara y pronto debió convencerse con la desesperación del caso, que la sordera hacía presa de él.

    A pesar de eso y de los altibajos que cada uno tuvo (hasta pasó la idea del suicidio por la cabeza de Ludwig) pudieron concretar obras inimacunables y espléndidas que hasta el día de hoy son recordadas con orgullo.



Trabajo realizado con Camila Campione: https://camilectura.blogspot.com/ - Sofia Bernardou: https://sofiacomelibross.blogspot.com/ - y Martina Gambetta: https://carreteraliteraria.blogspot.com/ 



Comentarios

Entradas populares